El pasado 20 de enero tuvimos un encuentro de todos los sacerdotes acompañantes de jóvenes de Barcelona, convocada por el cardenal Omella. Allí escuchamos a Fran Ramírez, responsable del sector de jóvenes de la Acción Católica General en España.
La comunidad y el acompañamiento con los jóvenes.
El encuentro de sacerdotes que acompañan a jóvenes, convocado por nuestro cardenal Omella, tuvo lugar en el Seminario Conciliar de nuestra diócesis el jueves 20 de enero. Los asistentes eran en su mayoría sacerdotes, pero también había diáconos y seminaristas.
Fran Ramírez, responsable del sector de jóvenes de la Acción Católica General en España, inició el encuentro con su presentación haciendo mucho énfasis en dos aspectos relacionados con los jóvenes: la pequeña comunidad y el acompañamiento. Antes de empezar con las formalidades que pueden haber en el planteamiento de estas realidades, en Fran nos animó a todos a tener claras cuatro ideas:

Las ideas
- Querer a los jóvenes y apasionarnos siempre con ellos y sus realidades.
- Ser responsables y trabajar propuestas serias, no improvisando.
- Sonrisa y ser positivos.
- No cansarse nunca de volver a empezar.
A menudo nos podemos acostumbrar a no tener en cuenta estos aspectos, que pueden parecer de lo más sencillo y obvio. Aun así no va mal que de vez en cuando vayamos haciendo repaso de si los cumplimos o no. Tal y como dice el papa Francisco en la Christus Vivit,
«En los jóvenes también están los golpes, los fracasos, los recuerdos tristes clavados en el alma»
Christus Vivit, 83.
Esto nos tiene que hacer ser conscientes a los sacerdotes de que Jesús se hace presente en las cruces de los jóvenes, en aquellas cruces que por ellos son tan significativas y duras. Por este motivo, nuestra tarea como pastores o acompañantes de los jóvenes tiene que ser siempre activa y positiva: trabajar con ellos, reír con ellos y sufrir con ellos para que puedan encontrar en la Iglesia una comunidad donde encontrarse querido y acompañado.
En esta línea, Fran nos invita a potenciar y encaminar a los jóvenes a un encuentro personal y real con Jesús, un encuentro que los haga arraigar en la persona de Cristo. Tenemos que procurar pensar alguna manera de trabajar los procesos de formación de los jóvenes para que puedan darse cuenta de que no es imposible conocer a Dios, encontrarse con el Amor y la Vida. Un aspecto que llegó a destacar en Fran fue la importancia de transmitir que la santidad se consigue en el día a día, no en cosas extraordinarias que quizás yo nunca llegaría a hacer, sino en las tareas cotidianas: en el estudio, el trabajo, el deporte…
Además de esto
Además, se remarcó la necesidad del acompañamiento de los jóvenes hoy en día. Los jóvenes que hoy estén muy acompañados y formados, con una fe profunda y experiencial en Jesús, podrán, más adelante, ser unos agentes pastorales excelentes para la generación siguiente. Y alertó de que es urgente que nosotros nos esforcemos para formar lo mejor posible a los jóvenes hoy. Uno de los aspectos que resaltó en la formación y el acompañamiento es la importancia de la oración, una oración constante y personal.
Este diálogo constante con el Señor, el hecho de necesitar hablar con Dios y de encontrarse con Él, tiene que ser el motor de evangelización de los jóvenes y para los jóvenes. Esto sí, evitando quedárnoslo todo para nosotros, es decir, «en salida». No podemos pretender que todo lo que hemos recibido y cultivamos sea solo para la comunidad donde nos encontramos: tenemos que llevar a Cristo y la experiencia que hemos tenido con Él a todo el mundo.
Posteriormente, Mn. Carlos presentó la preparación de la JMJ de Lisboa del año 2023; puede parecer que todavía queda mucho, pero se ha apostado para preparar lo mejor posible este evento, que ha sido la cúspide de cualquier encuentro mundial con jóvenes en la Iglesia desde que san Juan Pablo II las inició.
Mn. Ferran Lorda
Mn. Ferran Lorda dio su testimonio con relación a todo lo que supone para una comunidad organizar una peregrinación de estas dimensiones. Las experiencias vividas, el camino compartido, los contratiempos, las heridas y lesiones, la satisfacción de llegar al destino… Todas y cada una de estas y muchas más experiencias hacen que los jóvenes descubran la fuerza y la comunión del Espíritu. Él sopla en nuestra Iglesia guiada por el Papa y camina con todos nosotros.
Finalmente, Mn. Bruno, como antiguo delegado de la Delegación de Jóvenes, ahora el Seretariado de Pastoral con Jóvenes, relató también todo lo que supone organizar una peregrinación de estas dimensiones para un grupo de más de 400 jóvenes. En pocas palabras podemos resumir que es el Espíritu quien acaba organizando el viaje, a pesar de que es fundamental prepararlo todo lo mejor posible. Esta es la belleza de nuestra Iglesia, la sinodalidad llevada a la práctica.
Mn. Alfons de Alarcón
Parroquia Santa Maria Mitjancera de Totes les Gràcies





