Un fin de semana pensado para jóvenes adultos.
Un fin de semana en que se pudo desconectar del mundo para conectar con el Señor.
Los días 10, 11 y 12 de diciembre unos veinte jóvenes participamos de unos ejercicios espirituales que tuvieron lugar en la casa de espiritualidad “Sagrada Familia” de Barcelona. Solo por el lugar donde hicimos el retiro, sabía que no podríamos estar mejor cuidados. Los ejercicios espirituales, en un principio, tenían que ser predicados por el Obispo Toni, pero por cuestiones de salud no le fue posible. Así que contamos con la compañía del P. Emili Gil. A pesar de que algunos esperaban con ansias poderse reencontrar con el Obispo, su ausencia nos permitió poder rezar y encomendarlo todavía más. Y hoy todavía, hay que seguirlo haciendo.
Si soy sincera, era la segunda vez en mi vida que participaba de unos ejercicios espirituales. A pesar de que los primeros habían sido hacía pocos meses, estaba a la expectativa de saber qué haríamos a lo largo de los días. Para suerte mía, nada más llegar ya nos hicieron llegar el horario del fin de semana. Cenamos juntos y, antes de ir a dormir, tuvimos una sesión introductoria en la cual se nos explicó que a lo largo de aquellos días teníamos que convivir en silencio. Tengo que reconocer que el silencio se nos hizo un poco complicado, pero después de unos toques de atención por parte del P. Carlos, entendimos que era lo mejor para nosotros. La estructura de los ejercicios era muy sencilla pero a la vez compleja: laudes por la mañana, desayunar, meditaciones con ratos de oración, reflexión y posibilidad de confesión, misa, comida, meditaciones, vísperas, cena, breve meditación y rato de plegaria.
Hace realmente poco que he empezado a rezar diariamente a Dios, soy “nueva” en todo esto, y es quizás por este motivo que cuando hablo con Dios, ante Él, en la capilla, me gusta hacerlo sola. Así me aseguro de que me está escuchando a mí (manías mías). Sabía que sería difícil poder tener un rato con Dios a lo largo de estos días, es por eso que la madrugada de sábado, me vestí (puesto que a Dios no se lo puede ir a visitar con pijama), y compartí con Él un rato de oración. Pensaba que sentiría a Dios diciéndome: “Gracias por este sacrificio, podrías estar durmiendo, como todo el resto, y has venido a mí”. Pero, no. Lo tenía mal entendido, yo no tengo que esperar nada de Dios, porque Él ya me lo ha dado todo. Ahora soy yo quien le tengo que ofrecer y entregar.

Por providencia, después de unas semanas pensando y teniendo la inquietud de que quería conocer más la Virgen Maria y fortalecer mi relación con ella, las meditaciones que nos predicó el P. Emili Gil fueron los 5 misterios de gozo del rosario. ¡Cómo nos cuida el Señor! Estos ejercicios espirituales fueron el primer paso para poder conocer más a nuestra madre. Y, hoy, dos semanas después, despacio, todavía la estoy conociendo.
Es difícil resumir tres días, y no tres días cualquiera, en una página, pero es lo que se me ha pedido y así lo he hecho. Os animo a todos y a todas a participar en unos ejercicios espirituales para desconectar del mundo, de las responsabilidades, del trabajo, de los estudios y poder conectar con Dios y contigo mismo.
Clara Garrit Nicolau
Parroquia Sant Pere del Masnou