El pasado domingo tuvo lugar, en la Basílica de la Sagrada Familia, un encuentro muy especial: la plegaria con la comunidad de Taizé, con la presencia del hermano Alois, prior de Taizé, y otros hermanos de la Comunidad. Más de 2000 personas asistieron, entre ellas el Cardenal Omella y sus obispos auxiliares.
Taizé es un referente ecuménico de encuentro de cristianos de diferentes denominaciones. Una vez más la Basílica de la Sagrada Familia ha sido un espacio de acogida, de plegaria, ¡de preparación a la Navidad y de esperanza!
El pasado 12 de diciembre, los hermanos de Taizé visitaron Barcelona y compartimos una preciosa plegaria en la basílica de la Sagrada Familia. El acto se inició con una representación teatral de cómo Gaudí se imaginó la construcción del templo, acompañada de música en directo y dando un protagonismo especial a la estrella que corona la nueva torre de la Virgen María.
A continuación, se dio a la plegaria al estilo Taizé, acompañada de sus cantos, lecturas y del momento de silencio. Merece la pena decir que emocionaba sentir como el espíritu de la comunidad se hacía tan presente entre todos nosotros. La plegaria concluyó con la oportunidad de acercarse a venerar la cruz, la cual colocaron tendida en el suelo, tal como hacen las noches de viernes en la Iglesia de la Reconciliación.
Hermano Alois
Hay que destacar también el momento en el cual el hermano Alois dirigió unas palabras, llenas de gozo y esperanza, seguido por el encendido de velas, transportando la luz de llama en llama, entre todos los presentes. Para mí, este siempre ha sido un momento muy especial. En el contexto de la semana de Taizé, representa la luz de la resurrección, donde a nivel personal también has crecido y te has transformado, y donde aunque se apague la vela, sigues siendo portador de su llama cuando vuelves a casa.
Y es que, para mí, ir a Taizé es ir a reencontrarse con la fuente. Taizé es un pequeño pueblo de Francia, pero también es una comunidad en todo el mundo. En último término, todo lo que vives, creces y renuevas ahí, lo llevas después de vuelta para seguir siendo luz para los quién te rodean. Todo ello, este espíritu es el que se hizo presente allí, a la Sagrada Familia, con tantas personas reunidas en una misma plegaria, dando gracias por el año tan difícil que acaba y pidiendo fuerza para el siguiente.
Gabriel Porcel
Taizé
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