Más de 800 jóvenes asistieron a Betel’22 el pasado 21 de mayo. A pesar de que el éxito de Betel no se puede medir solo en cifras, lo cierto es que en esta segunda edición todo se ha incrementado a niveles inimaginables, desde la campaña de promoción hasta la cantidad de voluntarios y de público asistente.
Algunos os habréis decidido a leer esta crónica para rememorar todo lo que vivisteis en el acontecimiento, pero quizás os interesará saber también todo lo que “no vivisteis”, todo (o mejor dicho, todo el mundo) lo que se escondía detrás del backstage.
Hasta 70 camisetas negras con el lema “Aquí para servir” se movían arriba y abajo por el recinto de la Salle Bonanova. Entre pruebas de sonido, reuniones y risas, los jóvenes voluntarios de diferentes realidades de la diócesis pusieron en marcha la segunda edición de Betel. Minutos antes de salir a recibir a los asistentes, el equipo, junto con los ponentes, pudo disfrutar de un rato de plegaria pidiendo por los frutos del acontecimiento. Y entre la música y los ratos de silencio, se podía darse cuenta que los mejores momentos, y los que nunca se explican, siempre son los previos; cuando el coro late fuerte esperando que suceda aquello que puerta todo un año preparándose para salir a la luz.
LAS PONENCIAS
Las cinco de la tarde. El público se fue sentando en las butacas de “el único auditorio donde no os pedirán que apaguéis los móviles”. Así invitaban los periodistas Xavier Pérez-Esquerdo (Catalunya Ràdio) y Mercè Raga (Ràdio Estel) a los espectadores a compartir toda la velada en las redes sociales. Seguidamente, dieron inicio a Betel con la ponencia del Padre Agustino, directamente venido de Nueva York. El director de Evangelización de los Frailes Franciscanos de la Renovación y fundador de «Corazón Puro», un movimiento juvenil que empezó en el Bronx, alentó a los jóvenes a ser conscientes de la tarea evangelizadora y de paz a la que los cristianos estamos llamados.

Dimitri Conejo, abandonado por sus padres en Rusia y ateo convertido al catolicismo, profundizó en cómo Dios ha ido actuando a lo largo de su vida a pesar de las circunstancias.
Con dosis de humor y de profesionalidad, los presentadores guiaron a los espectadores a la segunda parte del evento.
LOS TALLERES
De los 8 talleristas invitados, 3 (Patio Tardo, Grilex y Padre Joaquín) ya habían estado en la edición anterior. Betel se configura así como un acontecimiento emergente dentro del panorama de entretenimiento juvenil. En este encuentro de personalidades del mundo de las redes ven un elemento distintivo que los hace apostar, un año más, por él. Siguiendo el leitmotiv del encuentro, “Buscando empieza todo”, los diversos talleres giraron entorno en la busca que todo joven se hace interiormente en diferentes ámbitos.
El periodista y presentador Pedro del Castillo nos ayudó en su taller a buscar la parte positiva de las cosas. A través de las historias de su programa “El lado bueno de las cosas”, los asistentes pudieron disfrutar de testigos de superación de personas corrientes con las cuales todo el mundo se podía identificar. “Cada uno tiene su drama. Si ellos han encontrado una solución, tú también puedes. Ellos se han dado cuenta de la belleza oculta de las cosas. Nos centramos muchas veces en intentar entender los porqués y no nos fijamos en los para qué. Y eso lo cambia todo”.
El Padre Agustino incidió en la importancia de buscar en las heridas afectivas para poder sanarlas.
“Me ha ayudado a saber identificar de donde venden mis heridas y a entender que podemos encontrar belleza en el dolor, tal como Jesús nos enseña”, decía un asistente del taller. Olatz Elola, madre y creadora de contenidos, y Patio Trigo, dibujando, ofrecieron sus testigos buscando respuestas en Maria, la Virgen María, que también es una manera de buscar en familia. El rapero Grilex explicó cómo él buscaba el sentido en su vida antes de decidirse a hablar de Dios en sus canciones. Javi Alonso, un joven emprendedor, ofreció un testigo sobrecogedor sobre cómo dejó atrás la adicción a la pornografía buscando la libertad. Los jóvenes sacerdotes y comunicadores Padre Joaquín y el sacerdote Àlex Serra ofrecieron algunas pautas para ayudarnos a buscar la fe y el servicio en los otros en comunidad, tanto en aquella más próxima, como la que este mundo interconexionado nos da la oportunidad de construir a través de las redes sociales.
FINAL
Entre los dos últimos ponentes se encontraba el humorista Nacho Gil, conocido en las redes como Nachter, que, gracias a las preguntas de los presentadores y del público, consiguió crear un ambiente de buen humor y de risas a toda la sala: “Estoy seguro de que la Virgen María está allí arriba riéndose y diciendo ¡venga, va, otro chiste, otro!”.
Después de esta breve evasión, las palabras de Madre Verónica Berzosa, fundadora del instituto contemplativo Iesu Communio, volvieron a todos los asistentes a la realidad. En un discurso muy emotivo, cerró el ciclo de ponencias y nos invitó a abrir la mirada al sufrimiento del mundo, especialmente localmente. Madre Verónica insistió en saber acompañar también a tantos jóvenes, como los que había en la sala, que viven inmersos en una insatisfacción profundísima.
“No seamos espectadores del horror. (…) Muchos jóvenes de hoy han llegado a tocar fondo, están cansados de vivir justo cuando empiezan a hacerlo. ¿Qué enfermedad hay más grande que la pérdida del gusto por la vida?”.
Betel’22 pretendía ofrecer una experiencia espiritual inmersiva y realmente lo fue. A través de las charlas, los talleres y la música en directo, 800 jóvenes tuvieron la oportunidad de hacerse preguntas, plantearse nuevas maneras de vivir, escuchar testigos de fe, pero también y especialmente de conocer a Dios de primera mano rogando. La tarde culminó con una adoración presidida por el obispo Javier Vilanova, donde se vivieron momentos de emoción entre los cánticos de alabanza de los músicos.
Finalmente, ya al aire libre, el público pudo disfrutar de una consumición con más música en directo.
¡GRACIAS Y HASTA EL AÑO QUE VIENE!

“No pensaba que se pudiera superar el nivel del año pasado, ¡pero realmente lo habéis hecho!”. Mensajes como este nos llegaban de las redes sociales. Y es que si Betel’22 ha sido posible, no ha sido solo por la cantidad de gente implicada, ni por la calidad de los ponientes, de los presentadores y de los grupos de música, sino sobre todo porque la palabra “servir” estaba inscrita en cada uno de los rostros (aunque no llevaran la camiseta de voluntarios). “Lo que más me gustó fue el ambiente. Todo el mundo que fue a Betel, era porque quería estar allá, y la gente participó con entusiasmo. Los ponentes estaban allá porque realmente pensaban que era importante, que estaban acercando Dios a la gente. Se veía todo muy preparado y con mucha plegaria detrás”, nos decía una de las cantantes.
Betel ha llegado a Barcelona decididamente para quedarse, con un espíritu sincero de acogida y de servicio que lo impulsa a preparar ya su tercera edición por el 2023. Y tanto si queréis venir como voluntarios o a disfrutarlo, os esperamos, aquí, para servir 🙂
Núria García,
Estudiante de periodismo y miembro del Safor Pompeu