Una cincuentena de jóvenes profesionales de diferentes movimientos y parroquias de la diócesis participaron de las III jornadas del grupo Joan Roig en Manresa:
«La Verdad como Misterio»
¡Empezamos bien!
Empezamos las jornadas de la mejor manera, celebrando la Santa Misa todos juntos y encomendando el fin de semana al beato Joan Roig. Para generar un ambiente de confianza hicimos una dinámica de grupos para romper el hielo y familiarizarnos entre todos.
Dios siempre sorprende

Desde el sábado a primera hora de la mañana ya vimos que este fin de semana estaría marcado por la providencia del Señor. No solo nos regaló la lluvia tan deseada, sino que después de haber preparado durante meses estas jornadas, parecía que el esperado ponente no podría llegar. Tantas eran las ganas de poder escuchar al ponente, que se buscaron todas las soluciones posibles. Sin embargo, el Señor sabe más y nos pidió poner nuestros dones al servicio de los demás. Dedicamos la mañana del sábado a hablar sobre la Verdad con la ayuda del discurso del Papa Benedicto XVI en Ratisbona. Dos personas se ofrecieron a hacernos más cerca las palabras del Papa con una introducción histórica y filosófica. Luego con pequeños grupos compartimos nuestras reflexiones.
Después de eso, el Señor seguía sorprendiendo ya por la tarde tuvimos la inesperada visita del Padre Petit. Nos habló de la vida de San Ignacio y de la importancia de la cueva de Manresa, donde escribió sus ejercicios espirituales.
La Cueva de Manresa
Para dar un toque cultural al fin de semana, dos voluntarias se ofrecieron para contar los famosos mosaicos de Rupnik que rodean el Santuario de la Cueva de San Ignacio. No faltó poder ponernos ante el Señor para tener cada uno su momento de intimidad en adoración al Santísimo.

¡Un buen final!
El domingo aprovechamos para visitar la sede de Manresa, celebrar Misa con los feligreses de la basílica y dar un paseo por los entornos. Terminamos las jornadas dando gracias a Dios y compartiendo nuestras vivencias del fin de semana. Nos conmovieron algunos testimonios que expresaron su admiración por las permanentes sonrisas, tanto de los organizadores como de los participantes, a pesar de los cambios de planes inesperados. También pudimos constatar cómo, poco a poco, el grupo Joan Roig va creciendo. Un participante lo comparó con el nacimiento de la Compañía de Jesús, que San Ignacio no podía imaginar lo que acabaría siendo.


No sabemos cómo evolucionará el grupo, pero lo que sí sabemos es
que volveremos a vernos en agosto en Mariazell.
Recopilación de imágenes:







